Cuando se hallen frente a frente con la derrota y la desilusión, no deben dar cabida a la debilidad o al abatimiento. Sus músculos han de ser de hierro y sus nervios de acero. ¡Sà quieren cosechar los ricos frutos de la vida, tienen que ser valerosos y seguros!
La diosa de la victoria les sonrÃe solamente a los valientes, a aquellos que se arriesgan con valor. Si ustedes se ganan la Gracia de Dios, se verán reforzados con tanto poder que podrán acometer las tareas más difÃciles.