Todo se va y todo vuelve. La rueda de la existencia gira eternamente. Todo muere y todo vuelve a florecer: el año del ser transcurre eternamente. Todo se rompe y todo se recompone. Incluso la morada del ser se edifica a sà misma eternamente. (…) A cada instante comienza el ser. La esfera de un ‘allá’ gira en torno a todo ‘aquÃ’. En todas partes se encuentra el centro; curvo es el sendero de la eternidad.