¡¡¡Afortunados¡¡¡
Los que intentan llevar una vida ética sin una autoridad invisible, son de alguna manera, afortunados, por que no requieren de una iglesia, de una casta sacerdotal o de un dogma que los apoye. Lo único que necesitan es cierta fuerza elemental y la voluntad de seguir la luz parpadeante de la razón, dondequiera que los lleve.