No soy fuerte, me tomo de la fortaleza de Dios
y él me hace fuerte.
No soy valiente, me tomo de la valentÃa de Dios
y me hace valiente.
No me encuentro sabio más me tomo de él
y me entrega sabidurÃa.
No soy amoroso, me tomo del amor de Cristo
y lo entrego a quien lo necesita.
No soy un ejemplo a seguir
pero quiero reflejar a Cristo quien merece ser imitado.
No soy un prÃncipe azul, Dios me ha hecho rey.