Y una mañana todo estaba ardiendo,
y una mañana las hogueras
salÃan de la tierra devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venÃan por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corrÃa simplemente, como sangre de niños.
Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!
Preguntaréis por qué su poesÃa
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su paÃs natal?
Venid a ver la sangre por las calles,