Hab鱈a una vez un alma que sab鱈a que ella era la luz. Era un alma nueva, y, por lo tanto, ansiosa por experimentar. Soy la luz - dec鱈a -. Soy la luz. Pero todo lo que supiera al respecto y todo lo que dijera al respecto no pod鱈an sustituir a la experiencia. Y en la esfera de la que surgi坦 esta alma no hab鱈a sino la luz. Todas las almas eran grandiosas, todas las almas eran magn鱈ficas, y todas las almas brillaban con el brillo imponente de Mi propia luz. As鱈, la peque単a alma en cuesti坦n era como una vela en el sol. En medio de la m叩s grandiosa luz - de la que formaba parte -, no pod鱈a verse a s鱈 misma, ni experimentarse a s鱈 misma como Quien y Lo Que Realmente Era.
Suced鱈