“Soy parte de la confraternidad de los que no se avergüenzan. Tengo el poder del EspÃritu Santo. La decisión ha sido hecha. Soy un discÃpulo de Él y no miraré hacia atrás, no me daré por vencido o no me detendré. “Mi pasado está redimido. Mi presente tiene sentido. Mi futuro está seguro. He puesto fin a una vida deficiente, a un caminar por vista, a planear en pequeño, a las rodillas suaves, a los sueños sin color, al hablar mundano, a la vida barata y a las metas insignificantes. “Ya no necesito prosperidad, posición, promociones, medallas o popularidad. No tengo que tener la razón, o ser el primero, o ser reconocido, o premiado. Vivo por fe, me apoyo en su presencia, s