EL CIERVO, EL MANANTIAL Y EL LEON
Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial.
Después de beber, vio su reflejo en el agua.
Al contemplar su hermosa cornamenta, sintiose orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles y finas.
Sumido aún en estos pensamientos, apareció un león que comenzó a perseguirle.
Echó a correr y le ganó una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en su corazón.
Mientras el campo fue llano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el león.
A punto de morir, exclamó para s