No cometas el grave error de despreciar la salvación. Reclama ese tesoro. Es tuyo. Acepta hoy a Cristo y su verdad, y únete a su pueblo. No dejes que una salvación tan grande, ganada a tan alto precio, sea en vano.No dejes que pongan sobre tu corona el letrero "Tesoro sin reclamar". Haz tuyo hoy el gran tesoro de la salvación.