-Eres tu-
No eres una flor;
tampoco eres el sol,
ni siquiera la nieve helada,
pero sà que eres la sombra
de manto oscuro
donde el hombre puede reposar sus penas
y ahuyentar el pasado
que está quebrantado y desgastado.
No eres ni el mar
ni eres la luna,
pero sà que eres los labios
en los cuales se extrae
el jugo de la vida y se inhala el deseo
para continuar la marcha.
Tu figura no es perfecta,
ni tu rostro es de ángeles,
pero una caricia tuya basta,
ya que el amor no conoce
de imágenes marchitas
ni estructuras efÃmeras.