Decir la verdad es tan simple como arrancarte el corazón con las manos y devorarlo a mordidas.
Me sentÃa una Leonora, una Dulcinea. Una borrosa obsesión en la mente de algún lunático. La verdad es que soy, más bien, un cuervo posado en el busto esculpido de Palas, en el dintel de alguna puerta.