Hace años me compre sin instrucciones
Hoy en dÃa, pago los efectos de mis decisiones
Tal vez no tengo espadas ni armas con municiones
Pero si una espalda que ha aguantado más de mil traiciones
Yo sigo siendo el mismo niño humilde de mi barrio
Aunque muchos envidiosos quieren decir lo contrario
En mi armario, guardo la ilusión del caserÃo
Solo soy un pecador que vive su libre albedrÃo
No confÃo, Aunque me vengan vestidos de blanco
Tus promesas No me cuentan hasta que lo vea en el banco
No me tranco, y aun asà la vida me bendice
Y ante mil momentos grises
Siempre logre lo que quise
No me avises
Y tira de frente sin amenazas
Que los de mi especie no aceptan el miedo allá en su casa
No