Todas las flores son distintas y todos somos 炭nicos, sembrados en los fieles relieves del manto de tierra oscuro que nos recubre la piel, sesgados de la magia enceguecidos por el placer, absueltos de memorias violadas por lo absurdo del vivir contempor叩neo. Como susurra el cosmos entregando sus mensajes, y como la lluvia se deja caer, bendici辿ndolo todo, amando con sus finos brazos, y en cada gota deslizante van tus sue単os, esos que pose鱈as despierto, en la penumbra de tus sentimientos deseabas poseer, como poseer, en un acto de posesi坦n absoluta, y en el ego鱈smo de no desprender los contornos de bellos ngeles abrazados