Bajo un manto de estrellas, noche oscura. Derroche de silencios, callejuelas estrechas. Sueños creados de imaginaciones no corrompidas, no podridas. Amistad, felicidad, tranquilidad, libertades prohibidas. Nos pensamos inmortales al amparo de su capa oscura, sin darnos cuenta que la Luna se acuesta y le da la mano al Sol. Poquito a poco voy rompiendo los lazos qe unen mi alma con esos recuerdos que sólo me dañan. Y qué importancia le damos a otras personas permitiendo que cosas nos pesen horrores, cuando no dejan de ser momentos en millares de tiempo. Pequeñita se me quedó la ilusión, ahora he de volver a ser la grande; a puños con la vida combate permanente, a ver quién cede antes,