"En vez de definir el periodismo como un «oficio» eminentemente «práctico», caracterizado por el «dominio» de un repertorio de habilidades técnicas aptas para capturar «la realidad» o «lo que pasa en la sociedad» y luego «reflejarlo objetivamente» en ese nÃtido «espejo» que supuestamente son los medios de comunicación, cabe concebirlo como una profesión intelectual cuya esencia interpretativa hace inevitable la integración dialéctica de la cultura y la capacidad de discernimiento crÃtico, por un lado, y de las habilidades expresivas y técnicas, por otro" (Albert Chillón)