"Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mà no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahà se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba."
''Deseamos que los demonios y los diablos nos entretengan, a una prudente distancia, y que los ángeles nos reconforten y cuiden de nosotros. Pero los ángeles caÃdos resultan incómodos por su proximidad al ser humano, puesto que en parte y en definitiva, no somos sino ángeles caÃdos''