A menudo nos obsesionamos con lograr metas improbables o que están fuera de nuestro alcance, pensando que asà seremos más felices.
Esto nos distrae de las miles de cosas bellas que hay a nuestro alrededor, a las que solemos considerar insignificantes.
No nos damos cuenta de que la felicidad es posible mediante los pequeños placeres de la vida y de que no depende tanto de lo material,
sino de la actitud con la que afrontemos el dÃa a dÃa.
Si no creemos que la felicidad existe y que está a nuestro alcance nunca la encontraremos. Esperar a que la vida cambie por sà sola es inútil,
somos nosotros quienes tenemos que dar el primer paso. Y éste es aceptar la realidad tal y como es y t