Los sabios no podrán enseñarte nunca nada, mas la caricia de unas
negras pestañas de mujer te revelará la felicidad. No olvides que tus
dÃas sobre la tierra están contados, y que bien pronto volverás al
polvo. Trae vino, busca un lugar al abrigo de importunos, y deja que
la vid te consuele.