Dios mÃo…
Ayúdame a decir la palabra de verdad
en la cara de los fuertes,
y a no mentir para congraciarme el aplauso de los débiles.
Si me das dinero, no tomes mi felicidad,
y si me das fuerzas, no quites mi raciocinio.
Si me das éxito
no me quites la humildad
si me das humildad,
no quites mi dignidad.
Ayúdame a conocer la otra cara de la imagen,
y no me dejes acusar a mis adversarios, tachándoles de traidores porque no comparten mi criterio.
Enséñame a amar a los demás como me amo a mà mismo,
y a juzgarme como lo hago con los demás.
No me dejes embriagar con el éxito cuando lo logre,
ni desesperarme si fracaso.
Más bien, hazme siempre recordar que el fracaso
es