La vida no es ningún pasillo recto y fácil que recorremos sin obstáculos, sino un laberinto de pasadizos,
en el que tenemos que buscar nuestro camino, de ves en cuando, por un callejon sin salida.
pero si tenemos Fé siempre se abre una puerta ante nosotros;
quizá no sea la que nos imaginamos,
pero sà será, finalmente,
la que demuestre ser buena para nosotros.