Soy felizmente aburrido, emocionalmente inestable, espiritualmente desahuciado, infernalmente jodido, extremadamente egocéntrico, estúpidamente terco, endiabladamente elocuente, excesivamente malgeniado, esencialmente indolente, tristemente complicado, fundamentalmente introvertido, tecnológicamente dependiente, misteriosamente inteligente, despiadadamente insufrible, brutalmente sarcástico, y sin embargo, los que me quieren (de verdad), aun están a mi lado.