Me detuve ante el ruido y le pregunté entre un desgarro de cuerdas vocales:
-¡¿Cuánto más debe hablar el silencio?!
Me responde el ruido:
-Las voces más fuertes son aquellas que actúan en silencio.
No comprendà pues aquellos que callan no actúan, solo recienten y lloran al ahogar gritos contra sus almohadas.
Seguà mi camino, me detuve, entonces, ante el silencio y le vociferé:
-¡¿Cuánto más deben callar los ruidos?!
He inesperadamente el silencio murió, dando a luz una respuesta, la cual fue:
-Siempre existe más allá de las palabras, las intenciones de los sentimientos, silenciadas por la violencia del lenguaje.