Este lugar no es un lugar, a quien se le puede ocurrir.
Me quedo sin palabras para decirme, como aquel Bertolt Brecht que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo como era su casa.
S坦lo se que estoy en esa edad en que no se sabe si le toco bocina a la madre o a la hija. Y eso es mucho decir.