El presidente mechitas: soy el decano de la sociedad; de veinticuatro años de edad y singularmente gastado por el desenfreno, parezco un esqueleto. Soy alto, enjuto, delgado, de ojos negros de apagado mirar, boca lÃvida y malsana, mentón saliente y nariz larga. Cubierto de vello como un sátiro, de espalda recta y nalgas blandas y colgantes, parecen dos sucios paños de cocina oscilando encima de mis muslos, cuya piel aparece magullada a fuerza de latigazos y tan curtida que no noto cuando me la pellizcan. En medio de todo esto se me ve, sin que tuviera que separarse la carne, un orificio inmenso cuyo enorme diámetro, olor y color le hacen parecer más un catalejo que el agujero de un cu