La consecuencia se construye personalmente, en libertad de conciencia y siendo dueño de los debes y los haberes sin tener que compensar nada a nadie.
La obsecuencia construye lazos de intereses, sin libertad de conciencia y atado a las decisiones, humores y vaivenes de otros.
La especulación justamente es el motor permanente del obsecuente. Y eso destruye cualquier lazo de confianza que se pueda tener.