El camino no ha sido siempre fácil, sin embargo la esperanza, los sueños e ilusiones no han dejado nunca de estar presentes.
Las recompensas espirituales son las que realmente me han permitido vivir esta vida. Toda esa energÃa positiva, todo ese amor que cada dÃa comparto con los que estan a mi lado lo he recibido siempre de vuelta multiplicado en un millón. Gracias Dios por tantas bendiciones!