Estaba yo caminando por la calle, de repente alcé los ojos al cielo y con toda la devoción que pude, pedà a Dios que me concediera un deseo. Dios al verme se apiadó de mi.
Pedid y se os dará, exclamó una voz desde lo alto.
Mira Dios, tengo una novia que vive en Ometepe, yo vivo en Managua y me cuesta mucho ir a verla, ¿No podrÃas construirme un puente que una las islas con la ciudad?
Eso que me pides, respondió Dios, es un trabajo muy materialista. TendrÃa que erguir grandes pilares de hormigón que profanarÃan las aguas. DeberÃa emplear cientos de toneladas de hierro y asfalto, reflexiona hijo mÃo, pÃdeme algo que me honre y glorifique. A lo que el hombre respondió:
Me he di