No conozco los propósitos del destino humano.
No sé por qué razón existo en el gran devenir de todas las cosas.
Pero una cosa sé, ahora y siempre... mientras me dure la vida, mientras la sangre siga recorriendo mis venas, actuaré segun me dicte mi corazón y mi conciencia.
No dañaré a ningún ser amigo y me comportaré con todos como me hubiese gustado que ellos se comportasen conmigo.
Y si tales actos me acarrean pesar, entonces soportaré esa carga con orgullo, seguro en el conocimiento de haber hecho lo mejor.