Auto nuestro, que estás en las pistas,
santificados sean tus caballos;
venga a nosotros tu poder;
hágase tu voluntad en la calle como en el taller.
Danos hoy nuestra felicidad de cada dÃa;
perdona nuestras quebradas ,
como también nosotros perdonamos a los que nos ganan;
no nos dejes caer en la humillación,
y lÃbranos de caminar.
Amén.