Recuerdo que antes de nacer estaba preocupada porque no conocÃa el mundo al que llegarÃa, entonces le pedi a Dios instrucciones para vivir en esta tierra, Dios acerco su voz a mi oido y dijo:
Sé como el sol, levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna, brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.
Sé como los pájaros, come, canta y vuela.
Sé como las flores, enamoradas del sol, pero fieles a sus raÃces.
Sé como el buen perro, obediente, pero nada más que a su señor.
Sé como la fruta, bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el dÃa, que llega sin alardes y se retira humildemente.
Sé como los recién nacidos, sin temor a la muerte.
Sé como el oasi