Soy divorciado, profesional, ambicioso de grandes logros, metas. Tengo que trabajar por mis semejantes y llenarlos del amor que da mi Señor Jesucristo, ya que antes de irme a la otra vida quiero dejar un gran legado de amor, de testimonio de que la Luz del Señor Jesucristo resplandece en todos los corazones a los que yo haya podido llegar y que mi vida fue para servirlo. Quiero ir a las moradas celestiales con todos mis seres queridos, por eso me preocupo y para eso me preparo, porque esas son las promesas de Nuestro Señor Jesús.