Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caÃdo nunca, sino en haberse levantado después de cada caÃda.
Cuando el egoÃsmo no limite tu capacidad de amar. Cuando confÃes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qué dirán. Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados. Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida.
Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria. Cuando actúes por convicción y no por adulación. Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad. Cuando sepas perdonar tan fáci