UNA PERSONA FELIZ Y CONCRETAMENTE ODIADA.
Yo pienso en mà y mà en mi yo,
para mi quiero a mi yo [y el a mÃ] para mi,
mi yo a mi me da calor.
Lo que más me gustó fue como me ocurrió.
¿Quién me lo iba a decir que era yo?
Ni a mà mismo se me habrÃa ocurrido
que yo de mi mismo me iba a enamorar.
Y yo no cambiaré, yo me quiero asÃ,
me tengo en el bote y es que no se que me doy.
¿Será mi cara o serán mis ojos cuando me atraviesan con ese mirar de fuego?
No me extraña nada ser mi propio amor.
Cuando me beso pierdo la razón.