A veces cruzo los dedos para que la lluvia de la mañana borre a todas esas personas. Al levantarme espero tropezar con el teléfono y ver que no hay baterÃa. El silencio huye de mà con prisas, nunca es suficiente el desear no recibir e-mails ni llamadas perdidas completamente vacÃas.
Durante un segundo, solo uno, deseo sentirme sola en este mundo.