Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentÃa de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
En Los caminos del viento, de Eduardo Galeano