No creo en las definiciones. Siento que ningún término puede abarcarme, que ninguna palabra puede reflejar los lóbregos sótanos y los radiantes salones que habitan en mi corazón.
Soy mucho más que la suma de mis talentos y carencias, y ciertamente, soy más que la acumulación de mis inclinaciones, aún de las más nobles.
Supongo que llegará el momento en el que deba dar cuenta de mis dÃas; en el que deba, humilde y apesadumbrado, arrodillarme ante los pies del Único, y explicar con palabras los hechos que han justificado mi paso por este mundo.
La alfombra del tiempo se extiende ante mis ojos, y en mi mente persiste un recuerdo: sé que llovÃa, de eso estoy seguro, sé que las