Mientras más tiempo vivo, más me doy cuenta del impacto de la actitud en la vida. La actitud, para mÃ, es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, la educación, la plata, las circuntancias, los fracasos, los logros, lo que las demás personas piensen, digan o hagan. Es más importante que la apariencia, ser dotado o ser hábil. Puede crear o derrumbar una empresa... una iglesia... un hogar. Lo remarcable es que todo los dÃas tenemos una opción con respecto a la actitud que tomamos cada dÃa. No podemos cambiar nuestro pasado, no podemos cambiar el hecho de que las personas vayan a actuar de cierta manera. No podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos