Soy yo, solo un mortal, en un cuerpo pútrido con un alma de cristal.
Mi mente es sucia y enferma como las calles marginadas de Camboya.
Mi cuerpo dejo de ser mi templo y se convirtió en un basurero.
Mis manos son mi único trofeo pues me regalan un segundo de victoria cuando pinto, cuando leo.
Mi pene es un medio catalizador de frustraciones emocionales y coloniales, al eyacular el blanqueamiento Anglosajón se apodera de mi esperma, pero mis testÃculos indios sabotean todo rastro limpio.
Un metro con sesenta y nueve centÃmetros de vida, sesenta y dos kilos de ideas mal aportadas.
Me llamo Oscar Chilpa Morales, mestizo por mis abuelos, indio por los abuelos de mis abuelos y negro por la