Nacer en una ciudad como Buenos Aires es pertenecer a dos mundos. El de arrabales y tangos que nos describÃa Borges y que aun subyace en la memoria, y el de los inmigrantes que con sus costumbres a cuestas fueron cambiando el paisaje del Plata. Cuando llegaron mis abuelos a estas tierras ya enfilaba para ser la ParÃs de América. Con el tiempo la ciudad se consolidarÃa en este crisol variopinto que nos es propio y ajeno a la vez.
A mi me tocó nacer una mañana del año '86 durante el mes de febrero. Los que recuerden todavÃa ese verano dirán que fue algo inoportuno que se me ocurra nacer justo el año más caluroso y en el mes de las fiebres. Vi las luz por primera vez en el hoy extin