El engreÃdo de mamá y el consentido de la abuela, el principito de sus tÃas y el bebe sincler de su hermana.
¿Sincler? ¿Asà se escribe?
Crecà rodeado de los programas infantiles, de la falta de amigos, y de las largas y muy buenas charlas acerca de la vida con mi madre, ella, el amuleto de mi buena suerte.
Crecà en una burbuja de colores, la cual me hacÃa pensar que todos eran buenos, efectivamente todos son buenos, unos buenos para trabajar, otros buenos para hablar, otros buenos para criticar, y otros buenos para nada. Lo importante es que son buenos y que tenÃa razón.
Me enamoré, no, me ilusioné, tal vez, fui rechazado, claro, descubrà cosas nuevas en una edad en la que tod