...no nos podemos meter en la piel de nadie, por mucho que nos parezca haberlo logrado mediante un espejismo momentáneo de fusión. Cada ser es radicalmente distinto a otro cualquiera, aunque a veces estallemos al mismo tiempo, como las olas que se persiguen y coinciden un instante en su cumbre de espuma. Sà exactamente, igual que las olas.