Primeramente, admirador y seguidor de Jesucristo, Él es mi Señor y Salvador. Soy amante y defensor de su hermosa, poderosa y maravillosa Palabra.
Por otro lado, soy apasionado a la literatura. A mi parecer, la lectura es uno de los más preciados y valiosos deleites que Dios ha proporcionado al hombre.
Mi máximo sueño es ser un literato cristiano, siempre justificado por la fe, y no perdido en los razonamientos del conocimiento.
La gloria sean a Dios, Padre, a Jesucristo, su Hijo que resucitó por su soberanÃa y poder, y a Dios, EspÃritu Santo que me guÃa y consuela; a Dios sea el imperio por los siglos de los siglos.