El alma humana es como una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciendonos mofas y sacandonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja y si ve por accidente, que estamos procediendo segun lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavia no somos un caso perdido.