Tengo la manÃa de hacerlo todo de golpe. De pensar en el momento, de olvidarme de lo que viene después. El vicio de no mirar a los ojos y el de confiar a la mÃnima. El de decir lo que pienso sin reparo alguno. El vicio de no parar hasta caerme, o hasta que consigan pararme. El de cantar en la ducha la canción más penosa del mundo, o el de arriesgar al máximo con los bordillos de las aceras. El de querer a alguien al lÃmite. También tengo el vicio de equivocarme, de cometer errores que son difÃciles de reparar, y luego arrepentirme. Pero sobretodo, mi mayor vicio es el de sacar el lado bueno de todo y sÃ, se que un optimista es un pesimista mal informado, pero a veces es mejor dejar