Tuve una infancia maravillosa. No tengo trancas de ninguna especie. Dios me dió unos padres muy buenos, que me dieron protección, amor, y muy buenos ejemplos.
Mi madre es una persona maravillosa y sencilla, nunca exigió y renegó por nada.
Mi padre, me dejó como legado, no decir sà a todo, ni decir no a todo. Me dejó el legado de la disciplina y el orden.