Las mamás son seres únicos, imperfectas, pero únicas. Las hay de todos los tipos y para todos los gustos. Dios las dotó de un amor increÃble que las lleva a hacer cosas sorprendentes por sus hijos, lo dan todo para entregarnos lo mejor. Se encargan de enseñarnos desde lo más básico como aprender a comer, a hablar y a caminar. Velan para que nada nos falte y si pudieran nos comprarÃan el mundo para dejarnos la mejor herencia.
Ellas son las heroÃnas a las que recurrimos al sentirnos enfermos o al encontrarnos en aprietos... Hasta que llega la adolescencia, y comienza ese loco deseo de independencia y de experimentar las cosas en carne propia.
De pronto se nos "olvida" lo incre