A las chicas nos enseñan muchas cosas mientras crecemos: si un niño te golpea le gustas, nunca intentes enmendar tus tropiezos, y algún dÃa conocerás a un chico maravilloso y tendrás tu propio final feliz.
Cada pelÃcula que vemos, cada historia que nos cuentan, nos implora esperar por eso. El tercer acto tiene un giro: la inesperada declaración de amor, la excepción a la regla.
Pero a veces nos concentramos tanto en esperar nuestro final feliz que no aprendemos a interpretar las señales ¿Cómo distinguir de aquellos a los que les gustamos de aquellos a los que no? ¿de aquellos que se quedaran de aquellos que se irán?
Y tal vez este final feliz no incluya un chico maravilloso;