"Hoy aún es rebelde mi queja, no puede mi mano acallarla en mi boca. ¡Ah, si supiera donde vive, irÃa hasta su casa! ExpondrÃa ante él mi caso y le dirÃa todos mis argumentos. Por lo menos conocerÃa su respuesta y tratarÃa de comprender lo que él dijera (...)
Pero si voy al oriente, no está allÃ; al occidente tampoco lo descubro; si lo busco al norte no lo encuentro, si vuelvo al mediodÃa no lo veo.
Más él me conoce, sea que ande o que me pare y si me prueba en el crisol, saldré puro (...)
Pero él asà decidió, ¿Quién se lo impedirá? Lo que le dió ganas lo hará, pues siempre cumple si propio decreto y tiene proyectadas muchas cosas parecidas. Por eso, estoy horroriza