me puedes llamar primate, pariente de las primeras bacterias que surgieron en este planeta, mi cuerpo es polvo de estrellas y soy hijo directo del Bing Bang.
La evolución biológica me ha llevado a inventarme dioses para creerme especial y usarlo como protección psicológica ante las interrogantes de esta existencia, mi ignorancia dio como resultado una mala interpretación de la naturaleza, creyéndome superior a otros seres vivos y con derecho para esclavizarlos, torturarlos y matarlos; asà mismo descuidé inconscientemente este planeta pensando que lo efÃmero puede llegar a ser permanente y existe con el único fin de servir a mi "única y especial" especie.
Llámame mono, llámame