Realmente lo siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mÃ. No pretendo regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustarÃa ayudar en lo posible a cristianos y judÃos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de ayudarnos mutuamente. La gente civilizada es asÃ. Queremos vivir de nuestra dicha mutua...no de nuestra mutua desdicha. No queremos despreciarnos y odiarnos mutuamente.
En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnÃfico, pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de los hombres, ha rodeado el mundo con un cÃrculo de odio y nos ha hecho entra